martes, 29 de agosto de 2006

"Lo mejor de la vida es el pasado, el presente y el futuro". Pier Paolo Pasolini

Lo mejor de la vida es no ser consciente de lo que pesa, no demostrarle su valor, no temer por ella, no huir de ella, no dejarla escapar.

Lo mejor de la vida es el pasado, pues uno es lo que fue y sus circunstancias, uno se hizo en la infancia, vive el amor según vivió su primer amor, y siente todo como le enseñaron a hacerlo. Nunca volverán las sonrisas inocentes, el no te ajunto o el eres la mejor amiga que voy a tener en el mundo. Nada llegó a ser tan perfecto como lo que íbamos a ser cuando fuéramos grandes.

Lo mejor de la vida es el presente porque nada es tan intenso como lo que uno vive hoy, como el placer del momento, como el vuelco del corazón en el momento en el que te veo sonreírme y sé que me quieres. Nada es tan fuerte como el presente, que es lo que me mantiene agarrada a la vida, arraigada, viva.

Lo mejor de la vida es el futuro, porque si no tuviera futuro, no podría disfrutar del presente. Nada es tan emocionante como el futuro. Lo mejor es poder soñar, es poder ilusionarte, es imaginar cómo será la sonrisa inocente de una pequeña con tus mismos ojos el día que le regales su primera bicicleta. Nada tendría sentido, todo está marcado por la posibilidad de un futuro.

Lo mejor de la vida es el pasado, es el presente, es el futuro. Lo mejor de la vida es que está ahí, para ti.

sábado, 26 de agosto de 2006

Complicitá, Dove sei?

Desaparecida estás. Te marchaste hace ya meses dejando un aroma en mi cama que ni el amoniaco más potente ha podido despojar. Desde entonces no paro de buscarte. He hecho miles de kilómetros tras tu sombra, he mirado miles de ojos y miles de gestos pensando que ahí estabas, descubriendo luego que sólo te burlabas. En cuántas sonrisas habré pensado que poníamos fin a nuestro litigio y volvías a quedarte en mi vida. En muchas fotografías también me pareció ver tu silueta, que sólo era, en realidad, una treta para engañarme. Sé que aún guardas rencor por todas las veces que te maltraté en el pasado. Te entregaste a mí, y no supe valorarte. Te desperdicié como agua en el Primer Mundo. Cegado por el deseo te lancé cuando te sostenía pensando que no me ibas a dar la felicidad. Esta carta hastiada que te escribo sólo tiene un fin: actuar de reclamo para recuperarte en mi vida. Ya que otros han podido vivir y ser felices sin tu porte mas yo no lo logro. Sin tu magia las personas que conozco son solo hojas secas que vuelan con el viento. Complicidad, vuelve a mi vida y apiádate de un romántico que siempre te ha deseado y venerado.

miércoles, 23 de agosto de 2006

Sueños desde el sexto


Entre sus paredes la pasión amorosa duró poco, sólo los 6 primeros meses. Como la luz del sexto piso. Intenté, en vano, dar luz al rellano en varias ocasiones cambiando la bombilla. Pero ninguna volvió a iluminar la escalera. Me he marchado y sigue a oscuras, esperando a que llegue alguien que consiga dar los mismos derechos al piso seis que al resto. Dentro, el baño queda mudo ante los encuentros amorosos y sexuales habidos. Como apuntado con una pistola. En el espejo han quedado grabadas las cientos de caras que en algún momento se reflejaron en él, como si tuviera pánico a quedarse otra vez sin huésped. Taciturna quedó también la pequeña cocina que vio como se amontonaban en su fregadero todos los platos y vasos de los invitados a sus fiestas, de los pretendientes y pretendidos. Rogando –junto con la terraza- una tregua ante los jolgorios. Alguno de ellos causaron desesperación a los desconocidos que compartían planta. En esas improvisadas reuniones reímos ante la luna llena y las contadas estrellas de Madrid. Pocos metros cuadrados que cada día acumulaban más recuerdos y más experiencia a su habitante. Al cargar con todo para bajar miré hacia atrás y por el suelo aún quedaban varias hojas de un calendario con algunos meses subrayados. Y miles de sueños arrojados al estanque del Retiro. Algunos los perseguí por las calles cuadriculadas del Barrio de Salamanca y aún están escondidos entre las joyas y ropa de cifras exorbitantes. Los miles de escalones que subí se me hacen ahora livianos comparados con mis días allí. Ahora que me marcho parece que esto va a mejor, la escalera se llena de plantas y de vida. El farolillo ya se ha apagado. Veo como un trozo de mi alma se queda en esta casa, guardando para siempre en su techo de madera los suspiros de la felicidad que lancé creyendo estar solo. Sin moverse de la Puerta de Alcalá mi casa viajó mucho, llegó hasta Buenos Aires, Jaén, Girona, Barcelona, Málaga, Sevilla... Para desembocar de nuevo a las puertas del Buen Retiro. La pena inunda ahora las paredes y mis ojos al saber que no es un hasta pronto lo que escribo, es un adiós. Una puerta sin pestillo pero con una gran cerradura que se cierra y no se abrirá más. Para cuando lo haga se habrá convertido en la casa de otra alma. Con otros sueños desde el sexto.

martes, 22 de agosto de 2006

Valientes


Decía Shakespeare: "Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte; los valientes prueban la muerte sólo una vez."

Y yo que pensaba que todos moríamos un poco cada día, que la muerte se escondía tras la resurrección en cada nueva etapa, en cada nuevo capítulo.
Cada vez que nos decepcionamos a nosotros mismos nos damos una pequeña estocada, cada vez que se nos rompe el corazón un trocito de nosotros muere, aunque luego sea capaz de renacer. O Shakespeare hablaba de sus novelas, o yo veo la vida de forma novelada. Quizá tenga razón el inglés (aunque yo les tenga manía, hacen algunas cosas bien) y simplemente yo pienso la vida como una cobarde, como alguien incapaz de verla en su conjunto, con toda la grandeza de un alma valiente, que se enfrenta a las derrotas como una nueva victoria y sin mirar lo que deja atrás, sin dejarse morir. Quizá los valientes no vean las diminutas muertes de sí mismo que dejan por el camino, aunque no por ello no estén. Quizá sea la ignorancia la que le da esa fuerza de espíritu. Quizá sólo los ignorantes pueden ser valientes a la forma shakesperiana.

jueves, 17 de agosto de 2006

Vuelvo a ser feliz, por un instante

Es cierto que no hacía la mejor noche para pasear. Hacía un poco de frío, a pesar de ser primavera, pero tenía ganas de hablar contigo, y de que me contaras muchas cosas. Tanto tiempo sin verte, me unía aun más a ti, más que separarme.

El mar se mostraba embravecido tras la tormenta, y podíamos observar ya en el horizonte los relámpagos de colores púrpuras alejándose cada vez más y más de la costa. La arena, aun empapada de la lluvia, desprendía ese aroma a mojado que tanto me relaja. En el cielo, a un lado, las nubes que ya habían pasado, y en el otro, un cielo despejado, cubierto de estrellas, y una luna resplandeciente, que pintaba todo de azul.

Paseamos por las casas que están junto a la playa, hablando, sin temor a nada, puesto que nadie nos escucha y todo esta bajo el silencio más absoluto, solo roto por el romper de las olas, y por nuestra voz.


Mi mirada, perdida en tus ojos, contempla a través de ellos el reflejo de la luna, y del mar, y mi sonrisa estrecha tus palabras, acariciándolas, una a una,, porque no hay nada que me haga tan feliz como escuchar de nuevo tu voz, junto a mi. No hay nada más que pueda pedir. Tienes frío, y te estrecho entre mis brazos. Te acaricio y te cubro con mi cuerpo, de nuevo, y regresamos de nuevo al coche.

Ya se acaba todo, pero yo, por un instante, vuelvo a ser feliz.

martes, 15 de agosto de 2006

Nuestro viaje

Ya es tarde, y comienza a llover. Voy conduciendo a tu lado, y aun nos queda un rato para llegar. Has bajado el volumen de la radio, pero no sé si quieres hablar, porque no dices mucho. Estoy cansado, y aún tengo que dejarte en casa, y volver a la mía. Hay nubes en el cielo, tintadas de color naranja, y que dejan entrever una luna menguante, con su blanco resplandor tras ellas.

Los cristales se llenan de agua, y es tal el silencio, que solo escucho el ruido del motor del coche, y el del agua golpeando el cristal. El parabrisas se agita violentamente, y te miro, iluminado por el reflejo de la propia luz del coche, y de la radio.

Estoy muy cansado y te pregunto que qué tal lo has pasado. Tu me dices que bien, pero en tu cara, noto algo de cansancio, y parece que de tristeza. Yo en cambio, estoy feliz por estar a tu lado. Solo por tu compañía, por poder mirarte, un día más.

En el lugar más sordido, en la trinchera más asediada del mundo, con morteros levantando todo el suelo a nuestro alrededor, con los silbidos de las balas sobre nuestras cabezas y con los gritos de guerra, los llantos, y los lamentos, estar a tu lado, será mi única salvación.

La curvatura del horizonte

lunes, 14 de agosto de 2006

Tu espalda

Es en esas veces que me tiro al suelo,
pensando, recordando los días
en que recorría tu espalda
acariciando cada centímetro de tu piel,
cuando comprendo que, a veces,
en el rincón que inunda la pasión
tú solamente albergas interés;
a fin de cuentas, otra forma más
de prostitución sin dinero de por medio.

[Pride (In the name of love)][Carola][Toner för miljoner Concert]
http://www.youtube.com/v/YMIRCwVhd7k

sábado, 12 de agosto de 2006

Me río de Janeiro

Como es verano, voy y la cago

Me hallaba yo en un destino paradisíaco, con un cóctel exquisito reposando en la arena y mi periódico entre las manos cuando leí esta noticia: "Un grupo de personas agreden a dos homosexuales por besarse en una piscina". En ese momento se me cayó todo el bronceado de encima y mi factor 15 acabó devorado por la arena. Más estupefacto me quedé cuando avancé unos párrafos y descubrí que los presuntos agresores habían sido de ¡¡raza gitana!! "Esto tiene menos sentido que una canción de Alex Ubago", pensé. Y es que me resulta paradójico que un grupo social que está marginado -me atrevo a decir que más que los gays- cometa ese tipo de actos. Pero chicos, si queréis que os acepten a lo mejor tenéis que respetar a los demás (oye, que es lo que digo yo quizá no lleve razón. Que yo aún no soy sociólogo..) Y es que no había visto algo tan desafortunado desde que en una primera cita alguien me dijo: "Pues a mí al principio no me has gustado nada, pero ahora sí" En ese momento yo sentí lo contrario.
Avanzo las páginas del periódico y veo el desastre del fuego en Galicia. Es en este momento cuando caigo de mi hamaca de bruces contra la arena al ver al candidato a la Presidencia de la Xunta, Núñez Feijóo, ayudando en la extinción de incendios. O al menos lo que él entiende por acabar con el fuego. La foto es más ridícula que un posado de Belén Estéban en una biblioteca. Feijóo posa con una manguera-con la que tardaría lustros en llenar la bañera de su chalé- intentando sofocar unas pequeñas llamas. Hasta ahí poco podemos criticar, pero hay que contemplar el modelito que luce el gaviotero. Una camisa blanca ¡¡impoluta!! En la que no hay ni un ápice de mancha (y que se atrevan a mancharlo que esa ceniza no sale con nada) acompañado por unos vaqueros de marca y unos zapatos comodísimos para la alta montaña. Lo más chic en la pasarela da fuego. Una auténtica vergüenza para las personas que están arriesgando su vidas para sofocar el fuego. Pero hay que aceptarlos tal y como son. Pensé que después de la foto de Ana Obregón con un look de colegiala lo había visto todo, pero no. Sorpresas te da la vida.

jueves, 10 de agosto de 2006

Pies descalzos


Pies descalzos en la selva de asfalto. Penurias y calamidades pasan por la almohada de piedra en la que descansas las barbas mugrientas. Son los míseros cartones, los que te refugian de la gentuza, para la cual no eres mas que basura a la que se le puede pisotear, no sin antes haberle prendido fuego. Sin techo. Sin hogar. Sin todo lo material, despojado, por imposición de la vida o por voluntad propia, de las ataduras que te hacen más libre a la vida y más esclavo a la calle. Pasa la vida a tu lado, pasa el yupi con sus negocios, el niñato con su móvil de ultima generación, la pareja de tortolitos que se soba, la monjita que reza a no se sabe que Dios, pasa su puta madre y allí estas tu sin nada, sin que la vida se pare por un momento para pensar en ti. Sin dinero, sin móvil de ultima generación, sin amor, sin religión, y sin mas putas que las de la esquina del parque donde duermes. Se ahoga el minutero del reloj de tu corazón, en el tinto que bebes. Las agujas de las horas salen disparadas, como dardos, en todas las direcciones, clavándose en la conciencia de los viandantes con puntería certera. En dichas agujas una nota reza: ¿Deambulas o viajas? A pesar de no tener nada en esta vida te sientes orgulloso de tener la respuesta, esa por la cual aprobaste el examen de la vida.

miércoles, 9 de agosto de 2006

Cuéntamelo

Siempre cometo el mismo error. Ha llegado el fin de semana otra vez y no puedo resistirme a mandarte un mensaje. Espero que me respondas, y mientras tanto, por si no lo has oído, te doy un toque, para avisarte que estoy aquí, esperando ansioso tu respuesta. Me devuelves el toque, y yo vuelvo a darte otro, y me das uno más largo. Quieres que te llame. Y yo lo necesito.

Quedamos algo tarde, y al llegar, te doy un toque, para que nos encontremos en la calle, y no hacerte esperar. Pero tu teléfono comunica. Una y otra vez. ¿Debo desesperar?. No, ya te veo, estabas en la calle, esperándome, y hablando por teléfono.

Hacía semanas que no te veía, y te echaba de menos. Me daba la impresión de que huías de mi. Me esquivabas. Pero quizás solo fuese mi impresión, porque necesito saber algo de ti cuando estas, y cuando no estas.

Mientras paseamos, me cuentas todo. Te costó un poco, me imagino porqué. Yo imaginé por dónde iba todo cuando vi que tardaba mucho en llegar el desenlace. Pero bueno, entiendo que tuvieses miedo de mi reacción, ahora que lo sabes todo. No querías hacerme daño, lo sé. Ni yo tampoco a ti.

Y has de comprender que sea cual sea tu decisión, yo estaré a tu lado, en los buenos momentos, y en los malos, porque es en eso también en lo que consiste el amor, ¿no?.

Te quiero, a pesar de todo. No lo olvides.

sábado, 5 de agosto de 2006

Nadie decide


El destino tiene vida propia, y no me digan que no. Es como un amigo fiel (o enemigo, según se mire) que siempre nos acompaña marcando el contexto de nuestras decisiones, de nuestra vida, sin ni siquiera preguntarnos si nos parece bien. Y si alguien puede comunicarse con el destino que me avise, que tengo un par de cosas que aclarar con el mío. Peor se está portando el de los padres de Sara. Catorce años, tímida, estudiosa y de familia humilde. Ahora su foto está en casi todos los establecimientos de la capital grancanaria, y no es que haya triunfado en el mundo de la moda. Tenía que encontrarse con un amigo a las 4.30 de la tarde y lleva una semana de retraso. ¿Quién pudo haber decidido eso para su vida? Ni siquiera podemos estar seguros de que alguien esté disponiendo aún de su vida y pueda tomar la decisión de devolvérsela. Ojalá fuera así. Ojalá no fuera tan difícil de creer. Ojalá me suena hoy a desesperanza