lunes, 31 de diciembre de 2007

Prisas, pisas

Ahora sí que me siento un becario en una redacción de escaso personal, exprimido al máximo.
¡Rápido! ¡Escribe, piensa! O era al revés.
Ya no entiendo, ni lo intento. Son las prisas, señor.
Mi café se enfría. El tren se fue, aunque yo había llegado antes. ¡Qué caos!
No entiendo porqué todo a última hora. Si todos sabíamos la fecha de entrega.
Y mi tacón se rompe, mierda. Y ya quedaba poco.
Guardemos las composturas. Sacudámonos el confeti que seguirá apareciendo a lo largo del año en casa.
Me falta una uva, cabrón, lo has hecho adrede. Te la cojo y veo como cierro mi edición. Con algunas faltas, Mamma mia! no sólo de ortografía.
Gritos, y… ¡llega el orgasmo del reloj! Uno al año, no hace daño.

Photo by Aganzo ©

sábado, 15 de diciembre de 2007

No hay valor

Es como si mi pasado volviese.
No el volver para quedarse.
El regresar para rozar con su aroma.
Evocar.
Dando y dándome oportunidades
de pedir perdón, de aprovechar
lo non visuto.
De no comprender,
de sentirme solo.
De llorar.
Tengo la necesidad de aprovechar el derrape
de la ventura para terminar este ciclo, pero...
Pero no tengo fuerza.
No hay valor.

sábado, 8 de diciembre de 2007

Necesito cambiar


Me gustaría poder volver a empezar el mundo. No desde cero, no quiero que acabe todo lo que hay sobre la faz de la tierra... pero sí todo lo que implica aferrarse a un sistema erróneo, a unos valores dañinos, a una vida injusta. Esa cerrazón por la que EE.UU. piensan que una sanidad pública gratuita e universal es estalinista, que el gobierno coartaría a los médicos y la gente se moriría en las salas de espera y la calidad de la sanidad caería hasta límites insospechados. Ahora es don dinero el que los coarta, la gente se muere en su casa con la carta de "eso no te lo cubre tu seguro" y ¿calidad? Bueno, no para todos, es más, sólo para una minoría (Vi Sicko ayer y aún lo estoy superando). Cerrazón es la que existe con el consumismo exacerbado, la mala follá y la política demagógica del márketing y la falsa sonrisa. Cerrazón es seguir la moda de los papá noeles colgando del balcón sólo porque lo hace el vecino, sólo porque lo hacen los de las películas. Cerrazón es que yo no entienda esos santaclauses porque me aferre a que los reyes magos son lo que es nuestro. Cerrazón es quejarse del poco papel que tenemos en la toma de decisiones, de la subida de los precios, de las malas condiciones de trabajo, de los precios de la vivienda, del paro, de que no podremos jubilarnos nunca, de la inmigración... y no ver que todo está relacionado con el sistema, que trae consigo miles de males, que por separado no se pueden sino parchear, pero nadie quiere ver de dónde provienen. Y de nada sirve parchear si el mal es del sistema. Y no me hablen de reformas porque para ello hay que seguir el camino que marca el propio sistema y un sistema reformado sigue siendo el mismo sistema.
Da miedo el cambio pero si no los hubiera ¿dónde estaríamos nosotros? ¿dónde te gustaría? ¿donde los feudos de grandes señores que dominaban su territorio bajo el halo divino del rey absoluto? Propón lugares anteriores y valora ¿en serio no es bueno el cambio? Es más ¿no es necesario?