sábado, 15 de julio de 2006

La tetería

De un antiguo caserón andaluz, con un patio interior que daba luz a las tres plantas, había surgido una tetería de hermosa y cuidada decoración. Sus tazas, música y mesas invitaban a encuentros especiales. En sus paredes abundaban los azules, emulando al eterno techo que nos rodea. Ahí nos encontrábamos los dos, en nuestra primera cita. Nadie sospechaba lo singular de la situación. Los dos disimulábamos los nervios y el deseo de satisfacer a quién movía la cuchara frente a frente. Apenas pudimos ver el incendio provocado, juro que no de manera fortuita, y que sofocaron los empleados que realizaban sus labores ajenos a nuestra magia y complicidad. Las pequeñas llamas que salieron de una vela no eran comparables con la temperatura de nuestros corazones que se volvieron a encontrar días después. Quizá fue el mejor té que probé en mi vida, aunque la objetividad de mi paladar quedó sitiada por su sonrisa. Los efectos anéstésicos e hipnotizantes de los mil aromas que salían desde las cajas-dónde el té esperaba su baño-en la barra del bar hicieron contemplarle con más admiración. La música se acercaba hacia nuestros oídos, justo lo antónimo que nuestros cuerpos. Repetabamos demasiado la distacia de los primeros momentos, aunque la atracción era tal que resultó tan inútil evadirla como romper una pared a puñetazos. A veces me pregunto si hubiera preferido esos golpes para que no llegara el momento de estar escribiendo estas palabras que recuerdan, de nuevo, la brevedad de lo deseado.

3 comentarios:

Aganzo dijo...

Cuando me disponía a buscar una fotografía adecuada para el artículo quería encontrar una tetería o algo que se pareciese al recuerdo de aquel lugar que se había quedado en mi mente. Para mi sorpresa, en mi primera búsqueda encontré la tetería dónde todo ocurrió. Y la mesa en que nos mirábamos. No he podido dejar de llevarme las manos a la boca de asombro e incredulidad en este pequeño y sorprendente guiño del destino, que agradezco. Esto hace revivir con más fuerza aquel momento mágico que se queda en ese pequeño sitio de dónde nunca pueden ser eliminadas

Axwells dijo...

son pequeñas historias que se cruzan en nuestro camino mientras vivimos :P

Anónimo dijo...

increible...no salgo de mi asombro...simplemente PRECIOSO...