domingo, 16 de julio de 2006

Abandonado


Sabía que volverías a hacerlo. No sé ni como, ni tampoco el motivo, pero por alguna cosa tenía la certeza de que en el momento en el que todo fuera bien, me fallarías. No cogiste el teléfono, ni respondiste a mis mensajes. De la noche a la mañana, dejaste de hablarme como si yo ya no existiera. Igual que nos habíamos vuelto a encontrar, volviste a abandonarme, sin más aviso, dejando tu amargura sobre mis labios.

¿Debería volver a intentarlo? No sé si merece la pena aguantar ya tanto dolor, sin ningún sentido, sin ningún motivo. Mientras mi corazón se paraba y mi cabeza se llenaba de locuras, tu estabas disfrutando de otra persona, y, ¿yo que?

¿Jugabas conmigo?. Solo era tu mascota, jugando conmigo cuando querías, y ahora me abandonas lejos, en una carretera secundaria, lejos de cualquier lugar, por donde nadie pasará a recogerme. Me dejas morir de dolor, sin ni haber podido hablar de ello, y, ahora, mientras mi cuerpo se consuma mis recuerdos en tu cabeza irán desvaneciéndose poco a poco, hasta que llegue el momento en el que no quede nada de mi en ti.

Aunque sé que ya no volverás, cuando caiga la noche, te seguiré buscando en las estrellas, y aullaré como un perro callejero, en busca de cobijo, por si aún vuelves, porque te espero, porque te quiero.

No hay comentarios: