lunes, 12 de junio de 2006

Desde la cama de Heisserss

Desde la cama de Heisserss, te escribo. Con una reciente imagen, que llegada en el momento más inesperado, hace despertar un antiguo sentimiento. El encuentro reinventa tu cara y exclama la inoportunidad de tu ventura. Me acomodo sobre esta almohada que aún guarda sueños de amor. Relaciones en que lo entregas todo y tu sonrisa resplandece. Tu cama no puede evitar confesarme todas las lágrimas vertidas por romances: algunos puntuales, otros impuntuales y los efímeros. Con un enfrentamiento entre corazón y razón, escribes el deseo de romper con el pasado mientras tu alma va buscando su teléfono en el fondo de la papelera. Parece que se me ha contagiado tu miopía, porque veo borroso el futuro. Aunque, cuánto más se acerca más distingo sus trazos que producen sensaciones maravillosas. Y, de momento, no encuentras el hueco para aparcar tus sentimientos. Y, como tus sábanas me susurran que te cuesta, nunca tendrás ningún coche detrás para presionarte.

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