martes, 29 de noviembre de 2005

Ángeles Caídos


Paseando por el céntrico parque del Buen Retiro, me tropiezo con una escultura misteriosa, el Ángel Caído de Ricardo Bellver. Cuenta la historia que Luzbel el ángel más bello del cielo, se rebeló contra Dios y en un acto de soberbia pronunció el famoso: ¡Non serviam! (No le serviré). Luzbel (también llamado Lucifer) fue condenado al infierno no por soberbio, sino por rebelde. El Ángel Caído bien podría ser un eslogan de la adolescencia, donde el niño que va descubriendo al mundo, se rebela contra él. El simple hecho de defender tu libertad a elegir y rebelarte contra lo establecido, hoy día está demonizado y pasas a ser un Ángel Caído. Los querubines actuales tienden a encogerse de alas, en vez de desplegarlas y volar hacia la apetitosa y morbosa manzana de la que mordió Eva. En su canción más famosa Machín decía: “Siempre que pintas iglesias pintas angelitos bellos, pero nunca te acordaste de pintar un ángel negro”. Pocos cuadros hay de Ángeles Caídos, supongo que por la gran dificultad de plasmar en un lienzo la libertad y la rebeldía que suponen. Si usted es pintor y se atreve a pintar a Lucifer, yo con mucho gusto estoy dispuesto a presentárselo...

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