martes, 22 de noviembre de 2005

Las castañas vasallas

A menudo me pregunto si cuando la gente toma sus decisiones, sopesa bien las consecuencias de estas. Porque la importancia de una acción o decisión no está en el resultado inmediato o la solución del problema, sino en lo que farmacéuticamente se conoce como efectos secundarios, o daños colaterales como dicen otros. El problema es que a veces, solucionando un problema se crea otro problema, igual o peor. Con la dificultad añadida de que estos problemas no son tan aparentes como "la solución", sino que a pesar de ser más graves, son en cierta manera invisibles, porque cuando se hacen visibles tienen ya dificil enmienda posible.
En la vida hay peores cosas que una traición, esto es, la lealtad incondicional, porque una vez aparece la traición, esa vieja lealtad ilimitada se puede transformar en un sucio avasallaje, tan sucio que es invisible hasta que no tiene vuelta de hoja, con el consabido proverbio de que no es traidor quien avisa.
Personalmente, yo siempre he preferido las guerras psicológicas a las guerras abiertas, porque es en las que mejor me desenvuelvo y en las que, si no gano, soy el que menos pierde.
Seguramente no tan a menudo, pero también con cierta regularidad, me pregunto porqué hay gente que en las partidas de ajedrez prefiere sacrificar la reina para salvar un peón. No por especial manía a los peones, sino porque está firmando su derrota; lo peor de todo es que sabe de sobra y es consciente de que la reina en el ajedrez es más útil que el peón, pero aún así prefiere sacrificar a la reina. Y es una pena jugar mal al ajedrez cuando las fechas navideñas están tan cerca y la castañera te va a ser tan necesaria...
El problema reside en que la castañera te va a intentar chamuscar vivo mientras asa las castañas inocentemente... De forma sucia, pero elegante... aunque no esté de moda, las castañeras también tienen su glamour...
Así es que como sé que no leerás en persona el mensaje pero sí algún chivato tuyo, pues avisado quedas, aunque no sepas que las castañas van para tí.

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