sábado, 24 de septiembre de 2005

Ángeles de neón

Dagen efter dagen, natten efter natten. Día tras día, noche tras noche. Es verdad que llevo un año que salgo poco por ahí en fín de semana, y la verdad es que, ahora que no puedo salir, es cuando realmente lo echo de menos, con la de fines de semana que he pasado en mi casa viendo Salsa Rosa. La realidad es contundente. Me gustaría salir más, y bailar más rodeado de superestrellas del momento, herreys, gente normal y ángeles de neón. Aunque no se cómo repercutiría eso sobre mi. Por lo pronto, la hoja de ruta que me planteé el día que escribí el primer post de este blog, tengo que empezar a aplicarla en Octubre para sumergirme de lleno en ella en Noviembre. Pero necesito la ayuda de la Agenda y una planificación CCCP. Mano dura con un mismo, que es lo único que debería de funcionar. Si no funciona, no sabré ya como hacer.
Hace unos post hablé de la forma de desmontarse a uno mismo y volverse a montar para volver a desmontarse. Es como el yoyó de All bran de Kellogs. No debe ser bueno... Pero no se si la solución es disolver finalmente la estructura Axwells y empezar en playas con discotecas laser y ángeles de neón de países varios y nacionalidades variopintas desde cero. Sería una odisea, con el problema añadido de que es la única salida en caso de que la segunda Hoja de ruta no funcione, pero que solo se puede hacer si funciona la susodicha regla; dificil encrucijada.
Pero la vida muchas veces es contradictoria. Lo que es evidente es que el sistema está agotado y una de dos, o se rebovina y se vuelve a grabar, o se piensa en grabar otra cosa. No se puede estar viviendo en pruebas toda la vida obviamente. La sal es buena para la piel, pero quema las raíces de cualqueira y las asfixia, aunque no asfixia la memoria, que es realmente lo que nos hiere normalmente. Los peces tienen tres segundos de memoria, y quizás son más felices, porque no llevan sobre si la carga de saber que pueden hacer algo y cometer un error... como no lo recuerdan... En el fondo, la ignorancia siempre ha sido la clave de la felicidad. Pero no se puede ser inconsciente de lo que uno ha sido teniendo cerebro. El hombre es esclavo de su libertad de elección. Efectos secundarios de las autodemocracias personales.
De momento, y aunque sea lo ideal para conseguir todo lo que no quieres, la única solución es bailar en cualquier playa rodeado de sal, neón y carne fresca, que a fin de cuentas no vale para nada a largo plazo, pero que sirve de anestesia en el día a día. Lo que se llama el telón de la ignorancia. Y si sirve de anécdota, un par de datos: Amaral es un dúo aragonés, por un lado, y por otro, Aragón no tiene mar.

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