miércoles, 15 de junio de 2005

Aventura en el país de los Panochos - EPISODE II(Capítulo III)

Bueno, pues con esta entrega, el segundo episodio de la aventura del país de los panochos llega a su fin, a esperas del tercero y a sabiendas de que no voy a contar el primero jajajajaja! No se si el palmar culminará su secesión de la capital panocha, pero la acaben o no, sería bueno que asfaltaran algunas calles y que plantaran árboles, ya que como dije el otro día, deben de pensar en que son tóxicos jajajaja! Pero volviendo a la capital, que por cierto, está llena de iglesias, -asi que me imagino que habrá gran cantidad de panochos en el orgullo homófobo de este domingo- hasta en el lugar más insospechado hay una iglesia, llega un momento de la vida en que tienes psicósis de cruzar a la siguiente calle por temor a encontrarte una más grande que la anterior, con un cartel en la puerta que rece "Agua(bendita) para todos". En cualquier caso, no pasé a ninguna de ellas por temor a que me pasara lo contrario de lo que le pasó a Drácula cuando salió al sol(que se puso moreno). ¿Te imaginas que el cura te ve y te dice "Ateooooooo, ven que te voy a chupar la sangreeee y te voy a convertir al catolicismo!", y saca unos colmillos de esos de plástico de los 20 duros y empieza a perseguirte como un poseso mental por la iglesia? ¿Ahí como pavos los dos dando vueltas alrededor de los bancos de la iglesia? Para que luego digan que la casa del señor no es divertida. Lo peor de todo es que además de perseguirte, el cura puede tirarte un crucifijo a la cabeza y darte una leche que te la arranque, además, será por crucifijos... En fín, creo que esa ciudad es un peligro. Tanto dentro de las iglesias como fuera, porque los coches que hay en este país no llevan intermitentes. Bueno, si que los llevan, pero el gobierno debió de tomar la decisión de prohibir ponerles bombillas para ahorrar luz y energía, por eso de la crisis del petróleo. Es que los panochos son muy practicos. Y muy ahorrativos, porque las máquinas de agua y demás bebidas de los Hospitales están siempre con las lucecitas rojas de que no tienen nada... debe de ser para contribuír al ahorro familiar. Y hasta aquí la aventura, porque no me apetece contar nada más, ni lo de la sombra, ni lo de la ida en primera clase, que fue una aventura para rememorar a parte jajajajaja!

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