sábado, 11 de junio de 2005

Aventura en el país de los Panochos - EPISODE II(Capítulo II)

Hoy continúo con los apuntes del extracarpetovetónico país de los panochos. Como bien apuntaba ayer, el hombre del kimono sublevado en el Mercadona acabó en el Hospital(que está 4 calles por encima del susodicho supermercado) después de que la dependienta de la sección de droguería le rociara con espuma de afeitar, que el muy imbécil, pensando que era nata, le robó el bote a la muchacha y lo estuvo ingiriendo hasta que cogió un coma aftershavetilico. Cosas del metrosexualismo. Que pese a lo que yo pensaba, existe en el país de los Panochos. No solo existe, sino que sorprendentemente no se da en casos aislados. A parte de esos niños panochos por la calle con su bolso, en el que guardan su kit completo de rimmel y demás accesorios imprescindibles para el panocho del siglo XXV, hay un cierto tipo de panochos muy graciosos, como el del puesto de al lado del hermano del paquico(puesto en el que por cierto, vendían desde frutos secos hasta langostas en almibar), en el que había un hombre cuadrado, morenazo, con sus pelos asomando por el pecho, tan masculino, y con su polo rosa y su voz de pito que parecía Teófila Martinez a punto de bajarle la regla. Total, una vez había mirado yo el paisaje por mi ventana y rememorado el mercadillo por segunda vez, decidí cogerme un Latbus(Panocha de Autobuses Urbanos) y coger rumbo a la capital del Estado Panocho. Una vez allí, estuve en el Hospital Reina Sofía, haciendo unos papeleos, y visitando a excompañeros de UVI que ya estaban fuera de ella también. Para mi sorpresa, en una de esas visitas había un panocho despampanante de esos de los que a mi me gustan. Pero la globalización es un hecho, y alcanza a este pequeño país costero. La máxima "Si me gusta un tio, o fuma, o es heterosexual(o ambas cosas a la vez)" también se cumple aquí. Pero bueno, como uno tiene una fuerza moral inamovible, pues me bajé a la cafetería y me compré una botella de agua Lanjarón para adelgazar y un donut de chocolate para bajar el disgusto(somera gilipollez, todos sabemos que el chocolate es afrodisiaco y lo único que conseguí fue pensar a ver qué coño podía comer para controlar el efecto del chocolate). Por lo pronto, me salieron dos granos en la espalda que a fecha de hoy conservo y que me cada vez que me rozan veo las estrellas, los asteroides y el Halcón Milenario de la Guerra de las Galaxias. Pero en sentido figurado, porque la verdad es que ni en la capital panocha ni en las inmediaciones independentistas vi un solo cartel de Stars Wars. De hecho no vi ni un solo cine. Solo Iglesias, Ermitas, Catedrales, Conventos, Colegios Nacionales y algún que otro cartel de AGUA PARA TODOS(curiosa campaña, del Partido Popular, pero subvencionada con impuestos panochos)(seguro que todos recordamos la de "Bajan los Impuestos, suben las pensiones. Vota PP. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales"). Pues eso.Ya se sabe que en Murcia el PP(Partido Panocho) arrasa. Es lo que pasa por tener un rio sucio que riega la huerta, luego así salen las lechugas, que contaminan la gente de la gente... Si es que en vez de pedir agua para todos(para regar los campos de golf que anuncian en Cieza, entre otros), lo que tenían que pedir es CONCIENCIACIÓN PARA TODOS, que si en vez de tirar las bolsas de basura al Rio Panocho las tiraran en los contenedores habilitados para ello(muy curiosos por cierto, es uno de los puntos fuertes del país de los panochos. Son como casetas de lata con el tejado verde, y abajo tienen como una barra horizontal de estas que hay pegadas a las barras de los bares para que la gente apoye los pies, y como decía, que lo pisas y la caseta de lata levanta los tejadillos esos, y tiras la basura sin tocar el cubo ni nada. Es un poco aparatoso por sus dimensiones, pero en edición Pollypocket será muy útil, todo llega). Pues como decía, si tiraran la mierda a la basura en vez de al rio, lo mismo su poca agua era hasta utilizable. Pero es más facil pedir que nos gastemos una millonada en un trasvase y que nos carguemos el Delta del Ebro(al retirarle los pocos sedimentos que no retienen esos fantásticos pantanos que hico ese señor autoritario con voz doblada por Gracita Morales, y que gobernó España(una, grande y libre) durante cuarenta años(el señor autoritario, no Gracita Morales), que tener un poco de cuidado. Porque lo de los WC igual. En el Hospital Reina Sofía, es que te da pena ir a mear, porque meas, aprietas el botón, y empieza a salir agua y a salir agua, y por más que le das al botón el agua sigue saliendo, hasta que llega un punto en que ya acojonado, sales corriendo y te subes a un asiento en previsión de que el water se desborde. Que lo del AGUA PARA TODOS ES MUY FACIL, trasvase, blablabla... ¿Y habrán pensado los panochos en la posibilidad de hacer un pantano en su rio con el dinero que nos vamos a ahorrar en el Trasvase? Si hombre, para que me afeen(más aún) el rio... que hagan el pantano en el Ebro, que no lo vemos desde la ventana de casa... Total... Que finalmente, y con una camiseta con la inscripción "Botellas de agua Lanjarón para todos" cojo mi Latbus hacia El Palmar nuevamente, y me bajo en la última parada(por motivos evidentes), en la que para mi asombro está el de las alfombras, barattas barattas, qué pesado... Total, que le pregunto que quiero una alfombra que vuele y que consuma poca gasolina, que estoy harto de ir en Latbus, a lo que el marroquí se queda como apollardado, estado en el que aún continúa después de 3 días. ¿Estará haciendo cálculos de cabeza sobre la relación calidad-precio-consumo energético de sus alfombras? No lo sé, pero tampoco es que esté muy interesado en saberlo, aunque oye, si tiene alguna alfombra de esas voladoras, aunque sea para ponerla en la puerta del recibidor de casa, de lo más útil cuando venga una visita indeseada, activas la alfombra, y los mandas de viaje con los monos de Gibraltar... Aunque todo tiene siempre un retorno, queramos o no, somos fruto de nuestro pasado, y somos lo que somos no por nuestras luces y nuestra historia iluminada, sino por nuestras fobias, frustraciones, añoranzas y demás sombras que nos marcan y a veces nos persiguen, como la del hermano de paquico, pero hoy no me apetece hablar de Juan de la Cierva ni de las escaladas por árboles para coger caracoles y venderlos en el mercadillo de Elda. Eso será en la tercera parte de esta rememoración de las aventuras y desventuras por tierras panochas. Hasta deu!

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