domingo, 31 de diciembre de 2006

Carta

Aún recuerdo nuestro días de amor en Praga. Desaparecieron los problemas. Ni siquiera tuvimos las habituales discusiones de todos los viajes. La magia de la ciudad nos embriagó. Fue un viaje físico pero también el que hizo unir más nuestros lazos. No olvido la costosa cena en la torre San Enrique. No he vuelto a estar en un sitio así.
Por un lado me gusta, porque todo fue óptimo, perfecto y brillante. Pero por otro me asusta saber que he vivido la máxima felicidad en ese último piso contigo.
Hace poco fue cuando descubrimos que sólo nos unían hilos de marionetas checas y fue un pequeño tirón lo que nos independizó.
Ahora vuelves a emprender el viaje a la que llaman, de forma muy acertada, París del este. Esta vez miras a otros ojos. Los míos te escriben ahogados en soledad y melancolía.
No dejes de visitar el Puente de San Carlos que esconde miles de leyendas, a cual más preciosa. Y pasearte por la Plaza Vieja de Praga que seguro que vuelve a tener una iluminación apoteósica. Coronando el centro, como cada año, estará ese árbol que coincidimos en describirlo como maravilloso.
Yo solo te deseo que guardes ese viaje en tu corazón como yo lo guardaré.

Deseándote lo mejor para el 2007,

Alguien que alguna vez te tuvo

2 comentarios:

Axwells dijo...

Ya lo dijo tx, eres una marioneta bah bah bah. Espero que el 2007 no sea tan cursi! :P
ps: vamos camino de dos años de blog!!!!

Johnymepeino dijo...

Os doy la enhorabuena por ello. Dos años y lo bien currado que teneis el blog ha de hacer que os sintais henchidos de sano orgullo.

Un blogabrazo