miércoles, 23 de agosto de 2006

Sueños desde el sexto


Entre sus paredes la pasión amorosa duró poco, sólo los 6 primeros meses. Como la luz del sexto piso. Intenté, en vano, dar luz al rellano en varias ocasiones cambiando la bombilla. Pero ninguna volvió a iluminar la escalera. Me he marchado y sigue a oscuras, esperando a que llegue alguien que consiga dar los mismos derechos al piso seis que al resto. Dentro, el baño queda mudo ante los encuentros amorosos y sexuales habidos. Como apuntado con una pistola. En el espejo han quedado grabadas las cientos de caras que en algún momento se reflejaron en él, como si tuviera pánico a quedarse otra vez sin huésped. Taciturna quedó también la pequeña cocina que vio como se amontonaban en su fregadero todos los platos y vasos de los invitados a sus fiestas, de los pretendientes y pretendidos. Rogando –junto con la terraza- una tregua ante los jolgorios. Alguno de ellos causaron desesperación a los desconocidos que compartían planta. En esas improvisadas reuniones reímos ante la luna llena y las contadas estrellas de Madrid. Pocos metros cuadrados que cada día acumulaban más recuerdos y más experiencia a su habitante. Al cargar con todo para bajar miré hacia atrás y por el suelo aún quedaban varias hojas de un calendario con algunos meses subrayados. Y miles de sueños arrojados al estanque del Retiro. Algunos los perseguí por las calles cuadriculadas del Barrio de Salamanca y aún están escondidos entre las joyas y ropa de cifras exorbitantes. Los miles de escalones que subí se me hacen ahora livianos comparados con mis días allí. Ahora que me marcho parece que esto va a mejor, la escalera se llena de plantas y de vida. El farolillo ya se ha apagado. Veo como un trozo de mi alma se queda en esta casa, guardando para siempre en su techo de madera los suspiros de la felicidad que lancé creyendo estar solo. Sin moverse de la Puerta de Alcalá mi casa viajó mucho, llegó hasta Buenos Aires, Jaén, Girona, Barcelona, Málaga, Sevilla... Para desembocar de nuevo a las puertas del Buen Retiro. La pena inunda ahora las paredes y mis ojos al saber que no es un hasta pronto lo que escribo, es un adiós. Una puerta sin pestillo pero con una gran cerradura que se cierra y no se abrirá más. Para cuando lo haga se habrá convertido en la casa de otra alma. Con otros sueños desde el sexto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca pensé que seis pisos podrían hacerme sonreir tanto,pero es que junto a dos argentinos subiría hasta la luna para regalársela.Se cierra una puerta cargada de sentimientos,pero se abrirá otra con nuevas emociones.
"no olvidés nunca lo que tenés acá porque es muy grande"
Un bloody mery por favorrr!!!!
TUTI FREE!!!!

Nayra Marrero dijo...

Fuiste tú quien convirtió esa casa en lo que significaba para ti. Ahora que no estás, ella ha dejado de tener sentido, porque el sentido se traslada contigo a donde tú estés, y donde estés será tu hogar. Suerte en tu nueva vida. ¡Y vuelve!

Anónimo dijo...

...se cierra una etapa para ti y se abre otra llena de ilusiones...solo espero de todo corazon que las cosas que te vengan a partir de ahora te sonrian plenamente, y te hagan lo feliz que mereces...seguro que habrá otro sexto igual o más entrañable si cabe, alli donde vayas...yo solo tuve la suerte de verlo en fotos...pero reflejaba todo lo que tu eres, una persona increible que no pasa desapercibida, y muchas cosas más....mucha suerte, un beso muy grande desde malaga

alf27leo dijo...

Poco a poco irás descubriendo, que también soy un soñador, y que como todo gran soñador, he logrado cumplir unos cuantos de todos esos sueños encolados de una lista que pareciera no tener fin. En esta ocasión, también estoy viviendo uno de mis más grandes sueños, y curiosamente, también lo estoy viviendo desde el sexto... un abrazo!