Pensé que echándolo todo a la lavadora se acabarían los problemas. Fácil, rápido y seguro. Prelavado, noventa grados, centrifugado y secado a 99 grados. Si quedara algo vivo, sería porque tengo una memoria más lúcida de lo que creía.
Pensé, pensé que ésa sería la solución ... Y cuando acabó la angustia de mis prendas les abrí la puerta. Pero ya sólo quedaban pedazos de colores desteñidos que ya había olvidado. Alguno, agarrándose a las paredes del recuerdo, resistió al más fuerte de los centrifugados. Pero en el transcurso del programa más largo yo me hice fuerte y enterré todos los trapos con sus aromas del pasado. Ahora sólo miro la lavadora con la media sonrisa de estar comenzando una nueva vida.
Venutz & Aganzo
lunes, 18 de diciembre de 2006
lavadora
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
me gusta la idea del cruce de blogs... aunque solo sea para lavar trapos sucios!
Publicar un comentario