Donde quiera que estés, te gustará saber que por flaca que fuese la vereda no malvendí tu pañuelo de seda por un trozo de pan y que jamás, por más cansado que estuviese, abandoné tu recuerdo a la orilla del camino y por fría que fuera mi noche triste, no eché al fuego ni uno solo de los besos que me diste. Por ti brilló mi sol un día y cuando pienso en ti brilla de nuevo sin que lo empañe la melancolía de los fugaces amores eternos. Donde quiera que estés, te gustará saber que te pude olvidar y no he querido, y por fría que sea mi noche triste no echo al fuego ni uno solo de los besos que me diste.
Joan Manuel Serrat
viernes, 8 de diciembre de 2006
Donde quiera que estés
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1 comentario:
Ahhh... cuanto amor... cuanto dolor... Buen fin de semana, y el lunes... a celebrar!! 2 Besos y 3 abrazos...
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