Empiezo esta entrada porque COGAM, ha publicado la alarmante noticia de que entre 2006 y 2007 el ataque a homosexuales aumentó nada más y nada menos que en un 400%. Cuando leí esto, me asaltó la duda, ¿qué es lo que ha pasado en este país para que se dispare tanto, tanto el ataque homófobo? Después leí la noticia entera, y lo que dice es que en 2006 hubo seis denuncias de ataques a homosexuales, mientras que en 2007 fueron ya más de cuarenta. ¿Es eso algo malo? Quiero decir, el hecho de que cada vez más personas se atrevan a denunciar que se les discrimine por su orientación o identidad sexual, ¿es para publicar ese sensacionalista titular de "aumenta un 400%"? Por favor, no perdamos en norte.
Estoy harta. Estoy hasta las narices de que los actores de esas agresiones gratuitas SIEMPRE sean los mismos, y las víctimas siempre seamos los mismos: Mujeres, homosexuales, inmigrantes, niños, los de la tercera edad, los del equipo de furgol contrario, las minorías religiosas (y sexuales), los pobres. Y montones y montones más.Parece que en este mundo si no eres hombre, heterosexual, de la etnia predominante (esto depende del país), de la religión mayoritaria, con una posición económica desahogada, mayor de edad, pero sin ser un viejo desvalido, ni vienes de otro país (pobre, claro), ya tienes ganado todos los puntos para ser víctima de una agresión totalmente injusta en cualquier momento.
Centrándome en el tema de las la mujeres y la comunidad LGTB. Me indigna, que cuando sale la noticia de una mujer muerta, cada vez haya más voces de hombres (heteros y homos) y de otras mujeres, que justifiquen (aunque lo nieguen) estas insensatas muertes excusándose en que la culpa la tienen las propias mujeres asesinadas, que se quedan la casa y los hijos; y el pobre machito no tiene más remedio que acuchillarla. Me cabrea que la al enterarnos de una muerte así, se salga con la historieta de los “pocos, pero millones y millones” de hombres maltratados psicológicamente por las mujeres, ya que por naturaleza somos más malas, malas, malas que ningún hombre (mmm, ¿perdón?). David Easton ya explicó en los años cincuenta cómo un problema se convierte en un asunto político; el libro está al alcance de quien lo quiera, así que no lo voy a explicar. El caso es quien quiera peces, que se moje el culo. La Ley de violencia de género salió porque un grupo de personas (sí, esas malvaaaadas mujeres llamadas feministas), decidieron ponerse manos a la obra y sacar fuera del hogar el maltrato de la mujer a manos del hombre, de ahí el adjetivo violencia de género. Lo convirtieron en un problema de todos y los políticos decidieron intentar solucionar el asunto. Si hay tantos, y tantos hombres con maltrato psicológico y que se suicidan por ello, pues que se pongan manos a la obra también e intente sacar a la luz esta supuesta lacra. A mí me da que más que un problema general, son los coletazos que da un monstruo llamado machismo, que ve cómo su dominio, tras cinco mil años, se derrumba.
Con la homosexualidad se utiliza la misma cantinela. Ante estos tipos de agresiones, miles son las voces (y muchas de mujeres) que hablan de la provocación de los homosexuales a los heterosexuales. “Se exhiben, se insinúan, son locazas, por qué han de gritar a los cuatro vientos que son homosexuales, que nos acosan, que en su casa hagan lo que quieran, pero que fuera se comporten, que nos quieren imponer…”. Miles son las estúpidas razones con las que mucha gente justifica estas agresiones, que si buscan, es normal que encuentren. Me da asco este tipo de opiniones. El que dos hombres se den un pico en la calle, ¿es una provocación? Con ese acto, ¿le están diciendo a alguien que debe hacer lo mismo? Por supuesto que no. Todas estas afirmaciones no son más que falacias, excusas para no reconocer lo que realmente se piensan: EL ODIO AL HOMOSEXUAL. Algo que pueden tolerar, ya que están “obligados”, pero que se niegan a tener ver. Es decir que los homosexuales existan, pero que yo no lo tenga que ver, ni en la calle, ni en la televisión, ni que se hable de ello, que ningún famoso homosexual hable de su “vida privada”. ¿Quién es el que está intentando imponer qué a quién? Yo tengo clara la respuesta, sí. Son los últimos coletazos del machismo.
Para terminar hablar de algo que me fascina, el cómo para neutralizar a estos dos colectivos, se intenta enfrentarnos los unos a los otros. A las mujeres versus los homosexuales. Muchos homosexuales hablan hoy de que las mujeres, las feministas son peligrosas y extremistas, que lo único que nos interesa es acabar con los hombres. El feminismo, durante su historia, sólo ha luchado por defender la igualdad entre hombres y mujeres, nada más. Conseguir derechos que a las mujeres se nos han negado a lo largo de toda la infancia. Y todo lo que se diga fuera, simplemente son calumnias. De los homosexuales cada vez oigo a más mujeres decir que ellos son responsables de la anorexia y demás problemas de alimentación en féminas. Argumentan que como el mundo de la moda, el arte etc, está en sus manos, intentan acabar con nosotras destruyendo nuestras formas biológicas, matarnos de hambre y crearnos complejos para así conseguir a “nuestros” hombres. Más calumnias. Sé que la mayoría de diseñadores y maquilladores no duermen devanándose los sesos para descubrir cómo pueden hacer que nos sintamos más guapas, que nos veamos más guapas. Un ejemplo, el malogrado Kevin Aucoin.
El feminismo y la lucha de los homosexuales, en Estados Unidos sólo se llevaron diez años de diferencia. Influenciado el segundo por el primero (y éste a su vez por la lucha de los negros). Es una verdadera pena si dejamos que nos enfrenten, porque siempre he considera que no se puede ser machista sin ser homófobo, ni homófobo sin ser machista. Así que como mujer (y aún siendo 110% heterosexual) creo que los derechos de los homosexuales también son mis derechos, porque van de la mano.