Quitate los zapatos y camina, lentamente, descalzo
por los adoquines de tu mente,
y deja que los pies de tus ideas te guíen,
siguiendo tu instinto animal
hasta esa callejuela sombria
donde desembocan las ilusiones que has ido perdiendo
con el paso de la vida, y cuando llegues,
desnuda tu mente de tus propias vergüenzas
porque nadie podra ver tu pensamiento desnudo si permaneces en silencio,
y recorre sigilosamente las orillas de la calle
hasta zambullirte en ese río sin nombre
porque solo recordando de donde vienes
podras reconciliarte contigo mismo
para emeger seguro de hacia donde quieres ir.
por los adoquines de tu mente,
y deja que los pies de tus ideas te guíen,
siguiendo tu instinto animal
hasta esa callejuela sombria
donde desembocan las ilusiones que has ido perdiendo
con el paso de la vida, y cuando llegues,
desnuda tu mente de tus propias vergüenzas
porque nadie podra ver tu pensamiento desnudo si permaneces en silencio,
y recorre sigilosamente las orillas de la calle
hasta zambullirte en ese río sin nombre
porque solo recordando de donde vienes
podras reconciliarte contigo mismo
para emeger seguro de hacia donde quieres ir.
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