miércoles, 5 de octubre de 2005

Para ti y para mí es mejor dejarlo aquí

A veces me pregunto si querer ser feliz en el plano amoroso y ser gilipollas son la una consecuencia de la otra, la otra consecuencia de la una, vienen en un pack indivisible o son simplemente una casualidad. Mi vida es una paranoia en si misma(nada tienen que ver el Dunkin Donuts con la Mezquita de Córdoba), pero sin embargo en los últimos días esta tomando tintes que transgreden lo psicodélico-paranoico, un estado de ser que podríamos definir como "Después de volverse gilipollas y antes de cortarte las venas y hacer con ellas calamares a la romana". No es ningún secreto que me gusta siempre jugar con una hipótesis y planes B alternativos, incluso a veces C, D y E, como un paquete de vitaminas; pero pocas veces se me presenta la situación de tener que elegir entre el plan A y el plan sorpresa. Me disgusta no saber lo que hago, tener que hacer las cosas a ciegas. En cualquier caso, alguna vez tenía que aprender a tirar órdagos sin tener ases bajo la manga. Todo un reto para el curso que se presenta.
Pero es triste despertar, encender la luz de la mesilla, y que quien comparte contigo el otro lado de la cama te diga que lo mejor para los dos es dejarlo aquí y poner punto y final. Si encima el otro lado de la cama eres tu, es para preocuparse. Pero tengo un cierto sentido de la irresponsabilidad que me hace no preocuparme de esas cosas. La paranoia roza lo innombrable, y mañana tengo que presentar ese rayajo en Secretaría. El problema es que no se rayarlo, tengo que rayar a ciegas, con el supuesto conocimiento de que tengo que rayar ciertas cosas sin saber que rayo. No sé, tengo la cabeza más liada que la pata de un romano.

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