viernes, 7 de octubre de 2005

Para mi, para tí

Es probable y a veces hasta aconsejable que cuando se juega a ciegas y se planifica casi a una carta las cosas salgan mal, al revés de como se preveían, o incluso, fuera de las previsiones, habiendo tenido en cierta manera la evidencia ante si.
Sé que quizás me hubiera costado bastante más que sacar dos matrículas de honor este curso. Sé que quizás no hubiera alcanzado la meta. Sé que podría haber quedado último. Sé que es posible que no me hubiera atrevido a quitarme la camiseta. Sé que a lo mejor no hubiera sabido encontrar el camino más seguro aunque fuera el más largo. Sé que habría sido una hazaña personal. Lo que no sabía es que no iba a tener la oportunidad ni de acertar ni de errar. El que se prometía el curso Primero bis o Casiprimero, se acaba de desvanecer.
No por falta de cálculos, sino por una mezcla entre ingenuidad y azar. ¿Yo? Yo. ¡Yo! Yo que he alardeado del famoso Plan de Desconexión, me veo ahora inmerso en un Plan de Desconexión hacia mi. Plan del que soy un efecto colateral con respecto de la intención del diseñador, y que ahora sufro en mis carnes y en el que yo recogí muchos números para que me tocara ser el efecto colateral. Las vueltas que da la vida; efectos secundarios de la ignorancia. De mi ignorancia.
Pero no le puedo echar la culpa a nadie, ni puedo quejarme: las cosas han salido de la mejor manera posible en el caso de que salieran mal. No esperaba que salieran mal, pero tampoco esperaba que el resultado en términos objetivos fuera tan bueno siendo malo subjetivamente.
La parte triste de esta historia es que me desconecta para siempre de mi objetivo. A no ser que la vida nos vuelva a juntar en el cruce de cualquier calle de un caos llamado Madrid, o de cualquier parte de este planeta, la historia está acabada y condenada a ser un mero recuerdo del que reirme dentro de unos años, o del que poder lamentarme al final de mis días.
Al menos, ya me ha dado el fin de semana. ¿Acabaré volviéndome gerontófilo? Lo que siempre detesté, hecho realidad en mi. Realmente es el único Plan B que tengo, y que no se porqué razón tuve premonitoriamente el miércoles, estando bien despierto además. Para que luego algunos digan que mis supersticiones son tonterías... cada día me sorpendo más a mi mismo. Para colmar el tema, sería volver a empezar un ciclo que se cerró hace bastante, cuando mi idea era la de abrir un nuevo ciclo definitivamente esta temporada, pero vamos, lo mio se parece más al famoso Viaje al Centro de algunos de los que todos sabemos sus siglas...
Al final de la vida, lo que quedan son recuerdos de cosas y recuerdos de sueños, y sueños que se volvieron cosas, y cosas que se volvieron sueños. Recuerdos que se volvieron cosas, recuerdos que se volvieron sueños, vanamente, porque nadie recordará cuando nos vayamos ni lo felices que fuimos ni lo desdichados que vivimos.
Ya solo queda la esperanza de alguna tarde de verano gitaneando en algún bar, alguna mañana mirando el sol salir por la playa, alguna noche de botellón en la calle, o alguna casualidad a cualquier hora del día. Aunque más que la esperanza, el consuelo, porque la esperanza estaba ligada a la misma posibilidad.
Pero la vida es así y a veces tiene estas cosas, que nunca sabemos si serán lo mejor o lo peor para mi, para tí, para los dos en general. Espero que para ti sea lo mejor, para mi, me conformo con que pase la tormenta, aunque nunca sepas que algún día hubo un cielo despejado, o que alguna vez hubo una noche estrellada(en todas sus acepciones).

[En este amanecer][Navajita Plateá][En familia]

1 comentario:

David dijo...

Hola Jose

Soy David, qué tal va todo? Hace mucho que no se nada de ti, supongo, que si como yo, lees mi blog, sabrás que ando bastante/muy liado... Tengo ganas de hablar contigo un dia en el MSN y con Manuel, compartiendo horas de madrugada sin definición, y tecleando delante del ordenador los sueños que se vuelven cosas...

Hay una cosa importante, que quizá no tenga nada que ver con lo que escribes, tema en el que ando algo pez por culpa de mi vida desordenada... Yo pienso que la vida es un camino donde te vas encontrando gente y paisajes... Y como en los cuentos, hay gente que permanece, y paisajes que añoras... Eso, simplemente, es lo que merece la pena.

Un beso